El ramo de la industria consume alrededor de un tercio de la energía total, y un pequeño número de sectores es responsable de la inmensa mayoría de este consumo. Los sectores del acero, el papel y los productos químicos son ejemplos de consumidores a gran escala que utilizan procesos que requieren una enorme cantidad de energía.
Exigencias de auditoría
En 2012, la Comisión Europea adoptó la Directiva sobre eficiencia energética (DEE) como medida de apoyo para alcanzar sus ambiciosos objetivos relativos a la reducción del consumo. Esta Directiva va acompañada por la exigencia que deben cumplir las grandes empresas de auditar y notificar su consumo energético: cuánto consumen al año, cómo se distribuye dicho consumo y qué costes están asociados al consumo energético dentro de las distintas partes de la organización.
El trabajo de auditoría debería desembocar en la propuesta de medidas de ahorro energético que puedan comportar más ganancias además de la reducción de los costes energéticos. Estas medidas pueden incluir la inversión en equipos nuevos o procedimientos y métodos de trabajo innovadores que brinden a las empresas la posibilidad de reducir sus costes. A su vez, esto puede desembocar en un aumento de la productividad, en una mayor accesibilidad y en menos paradas operativas no planificadas. A largo plazo, el trabajo activo relacionado con la sostenibilidad también puede contribuir a mejorar la competitividad. Y un consumo energético reducido significa que una empresa también es menos sensible a las fluctuaciones del precio de la electricidad. En otras palabras, más ventajas tanto para la economía como para el medio ambiente.
Muchas formas de alcanzar los objetivos
Veamos con más detalle un componente que significa mucho para nosotros: las bombas. Las bombas son responsables como mínimo del 20 % del consumo energético mundial total. De este porcentaje, entre el 25 y el 50 % de la energía la utilizan bombas del sector industrial*. ¿Qué podemos hacer para reducir estas cifras?
Reemplazar equipos viejos por variantes nuevas de ahorro energético puede ser una alternativa para limitar el consumo de energía. Y merece la pena ser meticuloso; desde el preciso momento en el que se instala una bomba. Si los cimientos, el motor/bomba y las tuberías están rectos, planos y bien alineados desde el principio, es posible evitar problemas graves y costes innecesarios en el futuro.
El mantenimiento preventivo de los equipos más antiguos —por ejemplo, la alineación de ejes— también es un factor importante. Los costes que surgen como consecuencia de paradas imprevistas y tiempo de producción perdido pueden ser elevados y suponen una proporción innecesariamente grande del coste del ciclo de vida de una bomba. Y el hecho es que una bomba mal alineada consume muchísima más energía de la necesaria.
Este es solo un ejemplo de un ámbito en el que es posible ahorrar mucha energía de un modo bastante fácil. Imagínese las oportunidades que existen en un centro de producción entero. Aunque a algunos les pueda parecer que la UE ha puesto el listón muy alto, a la postre el endurecimiento de las exigencias beneficiará tanto a la industria como al medio ambiente. Estamos encantados de contribuir a que esta travesía sea lo más sencilla posible.
*Fuente: «Pump Life cycle costs: A guide to LCC analysis for pumping systems»